El tribunal canguro de Disney+ del Papa Francisco: "¡Estoy al mando, maldita sea!"

El controvertido proceso de Francisco contra José María Martínez Sanz, profesor en Gaztelueta y miembro del Opus Dei, ha vivido un nuevo episodio.

El juez, monseñor José Antonio Satué, obispo de Teruel y Albarracín (España), escuchó la declaración de los testigos propuestos por la defensa de Martínez.

Los testigos fueron Imanol Goyarrola, que fue subdirector y director del colegio Gaztelueta durante esos años; Iñaki Cires, que era director de Gaztelueta cuando el acusador habló por primera vez en el colegio en 2011; Imanol Tazón, inspector del Departamento de Educación del Gobierno Vasco, que testificó en la causa civil; y la señora María José Martínez Arévalo, psiquiatra con consulta en Pamplona, que testificó en su día en la Audiencia Provincial de Bizkaia.

Martínez fue acusada falsamente de "abusos homosexuales" por un tal Juan Cuatrecasas. El caso fue fallado a favor de Martínez por la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Sin embargo, en horario de máxima audiencia en el canal de los oligarcas Disney+ (sic), Francisco contradijo públicamente y sin hechos nuevos la decisión de la Congregación.

Empezó pisoteando el derecho canónico y el derecho natural y violando la irretroactividad de la norma, la presunción de inocencia, la seguridad jurídica y el principio de legalidad.

Según Aurora Buendía (InfoVaticana.com, 22 de febrero), Francisco actúa según el principio: "Aquí mando yo. Y punto. Por eso soy el Papa, ¡maldita sea!".

Francisco simplemente afirmó que las conclusiones de la Congregación para la Doctrina de la Fe son "tambaleantes", sin siquiera haberlas leído, y ordenó volver a juzgar un asunto que ya había sido juzgado. Martínez no puede ser juzgado por el derecho canónico porque es laico. Además, no hay más prueba que la palabra de uno contra la del otro.

Incluso en el Vaticano, Francisco no pudo encontrar un juez lo suficientemente corrupto como para hacer lo que Francisco quería que hiciera.

Así que recurrió a monseñor Satué, un electricista de formación que sabe arreglar un televisor, pero cuyas notas le impidieron obtener un doctorado en derecho canónico.

Con Satué, Francisco ha creado un tribunal ad hoc, como si no hubiera suficientes tribunales en la Iglesia católica.

Satué se ha negado repetidamente a entregar a Martínez el decreto en el que se basa el juicio, por lo que Martínez no conoce la acusación, las pruebas ni la jurisdicción (el derecho canónico o los estatutos del Opus Dei). Se trata de una flagrante violación de las normas del derecho eclesiástico y civil.

Aurora Buendía está convencida de que Martínez será condenado, pero al menos espera que el corrector ortográfico de Word no abandone a su suerte a monseñor Satué.

"Si no fuera porque alguien va a sufrir una profunda injusticia, el tema sería de lo más grotescamente divertido".

Traducción IA
gertrudis2
Cada día que pasa parece mayor la injusticia que, aparentemente, se está cometiendo con el profesor Martínez.
Porque el Papa diera una opinión, presuntamente, equivocada para quedar bien ¿hay que, aparentemente, masacrar a un inocente, al derecho penal y al derecho canónico? ¿tan difícil es reconocer que uno, aunque sea el Papa, se puede equivocar? Que ésto no es materia ni de fe ni de costumbres …More
Cada día que pasa parece mayor la injusticia que, aparentemente, se está cometiendo con el profesor Martínez.
Porque el Papa diera una opinión, presuntamente, equivocada para quedar bien ¿hay que, aparentemente, masacrar a un inocente, al derecho penal y al derecho canónico? ¿tan difícil es reconocer que uno, aunque sea el Papa, se puede equivocar? Que ésto no es materia ni de fe ni de costumbres y no es objeto, ni puede ser, de infalibilidad pontificia.
Sostenella y no enmendalla, que se diría en castellano antiguo.
Nour N
🙏
Pilar VC shares this
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